Cuando miramos la composición de un medicamento, sea cual sea, veremos que no solamente está compuesto por principios activos, sino que también están presentes los denominados excipientes c.s.p. Esto es, excipientes y cantidad suficiente para 1 g, 10 ml, etc. 

Y es que para las aplicaciones farmacéuticas no solamente se necesitan los ingredientes farmacéuticos activos API, pues además incluyen sustancias inertes que asimismo deben cumplir con los criterios y estándares de trazabilidad, pureza y calidad. En el presente artículo y como distribuidora de productos químicos, te contamos más sobre los excipientes y las aplicaciones farmacéuticas. Para más contenido, puedes visitar la página de DC Fine Chemicals. 

Excipientes y aplicaciones farmacéuticas

Los excipientes pueden adoptar diferentes estados físicos y naturaleza, tales como líquido, sólido o gel. Sin embargo, una de las condiciones que se debe cumplir obligatoriamente es el hecho de tener poco o ningún efecto terapéutico. 

Galénica es la rama de la química que estudia los excipientes, y gracias a ella podemos conocer multitud de datos que ayudan al continuo avance de la ciencia y de las aplicaciones farmacéuticas. Por ello sabemos que los medicamentos que consumimos constituyen una mezcla de excipientes y de principios activos (API). 

Entonces, ¿por qué no podemos tomar ingredientes farmacéuticos activos API sin excipientes? Entre las razones de más peso encontramos el tamaño. Y es que en ocasiones, se presentan en cantidades pequeñas como 1 mg, lo cual sería muy complejo en su manipulación. Por ello se mezcla o se “diluye” con los excipientes. Estos también ayudan a proteger el comprimido de la humedad, dando más firmeza a la pieza. 

Asimismo, el sabor de los ingredientes farmacéuticos activos API no suele ser agradable. Con el amparo de los excipientes es posible camuflarlo, aportando un aroma algo más asequible para su ingesta. Algunos API no se comportan demasiado bien en formato sólido, así que es necesario aportar una estructura más estable y conseguir su administración por vía oral mediante, por ejemplo, un jarabe. 

En cuanto a la correcta absorción de un medicamento por parte del organismo, resulta imprescindible regularla y, de este modo, conseguir una fórmula farmacéutica adecuada. Para ello debe encontrarse un punto medio: ni se debe absorber demasiado rápido ni demasiado lento. En caso de que el medicamento sea en formato sólido pero esté destinado a una aplicación intravenosa o intramuscular, primero deberá disolverse con la ayuda de un excipiente. En este caso es esencial tener el pH de la disolución controlado. 

Hablemos ahora de las cremas, parches y colirios. En esta ocasión un API no es capaz de traspasar la piel por sí mismo, lo que implica la acción de excipientes. Estos harán de vía de ingreso para poder atravesar la piel. En el caso de los aerosoles, el excipiente puede ser un líquido o un gas que haga nebulizarlo. 

Conservar el API en condiciones óptimas

Una de las funciones principales y más importantes de los excipientes es la estabilización de los ingredientes farmacéuticos activos API, así como su conservación y mantenimiento en las condiciones adecuadas. Estos evitan que se degraden, pudiendo generar otras sustancias posiblemente nocivas y peligrosas. 

Las industrias que tratan con los API y sus aplicaciones farmacéuticas debemos estar al tanto de las nuevas normativas en torno a este tipo de componentes y sustancias, especialmente aquellas que aparecen en el BOE. Así, como distribuidora de productos químicos en España y en Reino Unido, tratamos de mantenernos atentos a cualquier actualización. 

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