Cuando hablamos de cloruro de sodio, hacemos referencia a un tipo de sal de sodio. Se trata de un material esencial dentro de la industria química para la producción de soda y cloro. Asimismo, también resulta básico en procesos de diálisis. 

Teniendo en cuenta su importancia, en este artículo vamos a hablar del papel del cloruro de sodio. Como proveedores de química fina en España y en el Reino Unido, somos expertos en el sector. No olvides navegar por nuestro catálogo para encontrar aquellos artículos de química fina que  buscabas. ¡Te esperamos en DC Fine Chemicals! 

Fundamental para la vida

En la producción de cloro y de soda, el cloruro de sodio (CAS 7647-14-5) tiene mucho que decir. Y es que resulta elemental para ello, siendo uno de los componentes más arraigados en nuestra vida cotidiana. Así, productos como los geles de ducha o la misma sal de mesa, son resultado del cloruro de sodio. 

Este elemento es clave en el proceso Solvay, que se basa en la reacción del carbonato ácido de amonio con soluciones saturadas de sal común. Ahí se separa el carbonato ácido de sodio sólido, uno que se presenta insoluble en la solución del cloruro de amonio. El cloruro de sodio es fuente de reactivos inorgánicos tan imprescindibles como el carbonato de sodio, el cloruro de calcio o el cloruro de amonio.

Junto con el cloruro del potasio es uno de los principales electrolitos del cuerpo, y se encarga de regular la cantidad de agua en un cuerpo, además de participar activamente en las contracciones musculares y en los impulsos nerviosos. El cloruro de sodio se emplea en el tratamiento y en la prevención de la pérdida de sodio, causado por sudoración excesiva o deshidratación, y asimismo ayuda a mantener el equilibrio de electrolitos en el cuerpo humano. 

Por lo tanto, se puede deducir fácilmente su condición esencial en el organismo humano, para desarrollar la vida tal y como la conocemos. Además de lo que se acaba de mencionar, también tiene un rol importante dentro del sistema inmune, haciendo posible el mantenimiento del líquido extracelular, entre otras funciones. En el campo sanitario, está presente en soluciones intravenosas, que tienen como objetivo evitar cuadros de deshidratación. 

Nuestros antepasados ya eran conscientes de ello, pues durante cientos y cientos de años se empleó el cloruro de sodio, o básicamente la sal, para conservar múltiples alimentos. De hecho, se consideraba un producto tan sustancial que hasta se llegó a emplear como moneda para los intercambios. 

El cloruro de sodio es el tipo de sal más abundante dentro del líquido extracelular y, si bien es cierto que es primordial en múltiples procesos como los mencionados con anterioridad, un exceso de este elemento puede llegar a ser altamente dañino. Sobre todo, para los individuos cuyos riñones no se encuentran en plena salud. 

Así pues, en esta situación, los riñones son incapaces de eliminar el exceso de sodio y fluidos del organismo. Si se da una acumulación de dicho sodio y de dichos fluidos en los tejidos del cuerpo, la presión arterial se ve aumentada y esto provoca un comportamiento anómalo. 

Habitualmente, los riñones son los encargados de filtrar la sangre y eliminar tanto el exceso de líquido como los productos de desecho. Estos se convierten en orina, con tal de eliminarlos del cuerpo. Si este procedimiento no se puede llevar a cabo por el propio cuerpo, suele ser necesaria una máquina para ello. Esta metodología se conoce como diálisis. Su principal cometido es la filtración de fluidos y sustancias ya inútiles para el organismo, y expulsarlos antes de que se acumulen. 

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