Dentro de un laboratorio existen gran cantidad de elementos que requieren de una atención especial, puesto que algunos pueden entrañar peligro si no se manipulan y tratan correctamente. Los reactivos químicos son un excelente ejemplo de ello, albergando propiedades algo comprometidas tanto para el humano como para el ecosistema. 

Desde DC Fine Chemicals, empresa distribuidora de productos químicos, profundizamos en esta rama de la química fina mediante este artículo. Recuerda que como distribuidores de química fina para aplicaciones científicas, en nuestro catálogo encontrarás un amplio abanico de propuestas para clientes que busquen un partner de confianza. 

Reactivo de laboratorio: ¿cuál es su rol?

Cuando hablamos de reactivo de laboratorio hacemos referencia a toda aquella sustancia que interactúa con otras dentro de un proceso de reacción química, y que da lugar a otras sustancias con distintas características y propiedades. A estos nuevos elementos se les conoce como productos de reacción o simplemente productos. Por su capacidad reactiva, adoptan un papel fundamental en análisis y ensayos químicos, con el fin de determinar qué presencia tiene cada sustancia. 

Cada uno de los reactivos puede encontrarse en diferentes estados, ya sean muestras líquidas, sólidas, disoluciones, etc. Será fundamental conocerlo para elegir el que más se ajuste a nuestros objetivos, así como también se debe tener en cuenta el grado de pureza y calidad de dichos componentes. 

En todo reactivo de laboratorio se coloca una etiqueta, cuya información debe aportar los siguientes datos: nombre, concentración o riqueza, fórmula química, peso y densidad moleculares, lote, fecha de caducidad, condiciones de almacenamiento y peligros que puede conllevar su manipulación. 

Precisamente estos dos últimos aspectos son los que, como empresa distribuidora de productos químicos, vamos a tratar en el presente artículo. Y es que, tanto las existencias de reactivos en un almacén de productos químicos como los riesgos que suponen algunas de dichas sustancias, son puntos clave a considerar en el día a día de un laboratorio. Ambas condiciones van de la mano, ¡lo vemos a continuación! 

Protocolo de manipulación, tratamiento y almacenaje 

Tradicionalmente, los reactivos químicos no tomaban en cuenta las pautas que actualmente se juzgan para organizarlos y almacenarlos. Así, criterios elementales como la separación entre incompatibles quedaban en un segundo plano, mientras que se anteponía la facilidad para buscarlos en un almacén de productos químicos y de reponerlos. En pocas palabras, la disposición de los elementos quedaba en orden alfabético o bien por ciertas familias de componentes. 

Sin embargo esto cambió. Ante varias alertas de peligro como explosiones o indicios cancerígenos de determinadas sustancias, las normas de envasado y etiquetado reforzaron la necesidad de contar con un protocolo adecuado y seguro para almacenar los reactivos químicos. Y es que cada producto se rige por sus propias particularidades y propiedades, siendo estas más o menos peligrosas. 

De ahí que, en la actualidad, su almacenamiento se lleve a cabo considerando la severidad de riesgo que comportan. Esto es, si se consideran reactivos de tipo explosivo, comburente, inflamable, tóxico o corrosivo. Así pues, en el momento de organizarlos, los más comprometidos se colocan al fondo de la superficie, mientras que los de riesgo bajo se sitúan delante. Para su disposición, no obstante, también es esencial conocer las incompatibilidades entre ellos. Esta información la encontraremos en la ficha de seguridad y/o técnica de cada sustancia. 

Además, en un laboratorio existen condiciones básicas que responden a normas generales con el objetivo de promover un espacio y una manipulación segura y libre de peligros. La primera consiste en mantener el stock al mínimo, lo que significa que se debe conservar la cantidad mínima e imprescindible en el laboratorio. Con esta acción se logra disminuir la carga térmica y, a su vez, aprovechar la capacidad de las instalaciones. 

En segundo lugar, se deben establecer separaciones. Una vez se han reducido las existencias de todos los elementos que lo permitan, se agrupan por familias. Para ello se deben tener presentes tanto las incompatibilidades como la peligrosidad de cada uno de los productos. Partiendo de estos dos aspectos, todo reactivo de laboratorio se separa por características parecidas, se retira aquellas incompatibles, se aísla aquellas tóxicas o explosivas y se comprueba que está debidamente etiquetado e identificado. 

Por último, se apartan o confinan ciertos elementos. Y estos no solamente deben ser aislados por posibles contactos accidentales, sino también por su actividad biológica o sus propiedades físico-químicas. Habitualmente estas sustancias son aquellas inflamables o cancerígenas. La organización de las primeras se debe planificar en base a los principios dictados en el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos. Así, el hecho de apostar por un almacén de productos químicos debe tener presentes puntos como la actividad del laboratorio o la cantidad de trabajo. 

En cuanto a las soluciones cancerígenas, se deben custodiar en un lugar seguro y protegido, cuyo acceso estará exclusivamente reservado a personas autorizadas. Asimismo, deben quedar almacenadas en un doble recipiente con tal de evitar imprevistos, tales como derrames o dispersiones. 

DC Fine Chemicals, empresa distribuidora de productos químicos en España y Reino Unido

La química fina, el sector donde actuamos, se caracteriza por aglutinar varias disciplinas complejas, particulares y específicas. Por ello, mediante cuatro grandes áreas de negocio ―diagnóstico, life science, farmacéutica y soluciones de proceso― tratamos de facilitar los productos que nuestros clientes demandan. 

Siempre priorizando una óptima calidad en productos y servicios, en DC Fine Chemicals contamos con presencia en más de 40 países y con una trayectoria profesional de más de dos décadas. Conoce el amplio catálogo de nuestra web y elígenos como partner.